El oficio Insolente y callejera, fue bautizado así por la abuela materna, que en su lenguaje extraño se lo decía como un piropo celebrando sus ganas de desafiarlo todo.
Confeccionar la ropa, crear diseños, tomar las fotos y redactar publicaciones, todo lo hace buscando, porfiadamente, abrazar formas de trabajar distintas a las maneras que el capitalismo nos impone.Cada creación y forma de trabajar que tiene, pretende caminar hacia allá y honrar de alguna manera a la mujer que les bautizó.
Por eso intenta que sus modelos sean desafiantes, vivos, vibrantes e insolentes.
Así mismo también su forma de trabajo, compartiendo sus conocimientos con otras compañeras que lo necesiten, logrando generar en el taller un espacio seguro de trabajo y aprendizaje.
Creemos que ese es el camino y estos diez años de trabajo nos lo reafirma.
Salud por los oficios, las telas y las abuelas.
Insolente y callejera
